Las portadas otra vez

Ayer las lectoras de romántica de la biblioteca estaban en pie de guerra.

¿El motivo? El de siempre: las portadas.

En los últimos tiempos las editoriales habían dado un giro al estilo de las ilustraciones. Habían desechado las parejas en mayor o menor grado de desnudez para decantarse por paisajes, grabados antiguos, el torso de un hombre, la espalda de una mujer, objetos antiguos, modernos…

En fin, portadas como la mía empezaban a ser ejemplares en peligro de extinción. Casi como el lince ibérico o el lobo.

Os recuerdo que yo luzco una portada como las de antes, es decir: Una pareja abrazada, con el cabello arremolinado, mirándose con pasión. Y no, no es Fabio quién muestra torso musculoso, pero podría haber sido él.

Bueno, pues parece que este mes han regresado las ilustraciones de ese tipo. Debo confesar que no sé si alegrarme o entristecerme por eso.

Os explico: hasta ahora, cada vez éramos menos los libros con este estilo de portada. Empezábamos a ser casi un objeto de coleccionista y las lectoras nos sacaban de la biblioteca con una sonrisa pícara, como si estuvieran haciendo una travesura. ¡Era divertido!

Si las editoriales vuelven a presentar sus obras con parejas en posturas sugerentes, nosotros, los libros del siglo pasado, sólo seremos eso: libros viejos. Ya no destacaremos de los demás y no sentirán ninguna pena por retirarnos cuando nuestro aspecto esté demasiado deteriorado. ¡Qué triste destino! Terminaremos formando parte de esa pasta grisácea con la que hacer papel reciclado. Ay, mis caracteres se estremecen de sólo pensarlo.

Por otro lado siempre he tenido la esperanza de que algún día mi editorial se decidiera a hacerme un traje nuevo, más discreto y elegante que el que llevo puesto desde tantos años atrás…

Así que me encuentro tan dividido como las lectoras que discutían ayer y que no se ponían de acuerdo en si era bueno o malo para el género romántico volver a las antiguas portadas.

Mientras se deciden, por favor: ¡¡¡Llevadme a casa!!! ¡¡¡Peinad mis hojas con cariño!!! Estoy asustado y ya no está Amaia para consolarme.

Ay, parece que se acerca una de las bibliotecarias. A ver si se fija en mí y me acaricia un poco. ¡Sí! Viene hacia aquí.

Lo siento, os tengo que dejar. Lo comprendéis, ¿no?

Hasta otra.

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2 comentarios:

Arlette 6 de julio de 2009, 11:05  

Dime Pilar, qué tipo de portadas son las que tú prefieres?

Muy buena la reflexión....;)

Besos.

Pilar Cabero 6 de julio de 2009, 11:47  

Sinceramente, prefiero que no tengan pareja, más que nada porque a veces no se tiene en cuenta el físico de los protagonistas y te encuentras con ilustraciones de una pareja, él rubio y ella pelirroja, cuando en realidad él era moreno y ella rubia. O que los situen en un paisaje caribeño cuando la novela va de escoceses.
Tengo debilidad por los grabados antiguos.
De todos modos, lo importante es lo que hay dentro, ¿no crees? ;-P
y a ti, ¿Cuales te gustan?
Besitos.

Pilar Cabero - escritora

Pilar Cabero - escritora
Bienvenida amable lectora y también a ti, lector, a mi humilde casa. Elige un sitio para sentarte y ponte lo más cómodo posible. Sí, ese de ahí está bien. Deja las prisas fuera y disfruta del momento. Puedes quitarte los zapatos y arrellanarte en el sofá. Si tienes paciencia y esperas un poco, pondré algo de música para ambientar. Espero que pases un rato agradable y siéntete como en tu casa.

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